lunes, 9 de marzo de 2009



Te pienso,
y en cada pensamiento me nacen los deseos,
Mientras un temblor febril viene por mí,
apoderándose de mi cuerpo.
Ignoro,
en que momento te hice nido en mis adentros
Ignoro,
los motivos de este profundo tormento
por solo imaginar que no has llegado,
que no te tengo.
En este estado de perturbación,
las manos recorren poseídas
todo el averno de este cuerpo
que arde de pasión.
Mis manos van en busca de otras manos,
Que cómplices de mi lujuria me ayuden
A recorrer el volcánico desierto que nace
Dentro de mi ser
Soy como hembra enjaulada, encelada de varón,
Sedienta de unos labios, prostituidos de amor,
Victima y victimaria de este fuego que me
Arrasa, que cubre de calentura la locura de
Sus ansias.
Te pienso,
Y te juro por lo que mas quiero que ha de
Llegar el momento,
Y será entonces, en ese único e indescriptible
momento.
Cuando esta agitación, este padecer que tengo
Encuentre la gloria, el éxtasis y el firmamento.
Porque vas a desearme, aún mas, mucho mas;
De lo que yo ahora te deseo.


Raquel Herrero

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