jueves, 2 de abril de 2009

TRISTE CANTO





TRISTE CANTO


Me ahogan las penas,
el verso querido de aquel que no llega
Me oprime en el pecho el dolor,
de un dolor que no es quimera,
de un amor que desespera.
Y esta espera… que me causa desazón
Y no encuentro la razón,
De esta queda soledad, de la injusticia terrena
Que me arrastra hasta la arena
donde caen entretejidas mis lagrimas de sal.

¡Este fuego que me quema!..

Esta siniestra condena que no me deja vivir
Que me tiene prisionera mientras ella
la tristeza, se apodera.
Es mi dueña y carcelera, mis grilletes
mi cadena, la soga que me oprime y ahoga.
La agitación de las olas en esta mar de agonía
tan tuya y tan mía.

El silencio, la quietud;
Este estado inamovible qué es mi cruz,
Un abnegado tormento de un tiempo adulterado
transitado en lasitud. Porque no alcanza la luz
a enfrentar nuestras miradas
en esta ciega hondonada, qué es tumba,
qué es morada, ataúd, que guarda soterrada
mi sonrisa, mi paz, mi calma
el reflujo de aquella marea qué, me
hacía danzar con alegría entre gestos y entre
guiños, abrazada a su cariño como duende,
como niño, entre olivares y sueños.

Raquel Herrero

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