lunes, 31 de mayo de 2010



PARTITURA

En esta melodía de silencios
Partitura soñada, pentagrama de fe
Se acogen mis lamentos a un mañana
Que confirme que nunca te olvidé
No he de pedir entonces permiso para amarte
Ni quedarán pendientes de una próxima ocasión
No ha de quedar el alma congelado
Mientras arde la sangre, por tan alta traición
Negué la vida a cada poro de mi carne
Roce tus labios congelando su sabor
Las caricias de tus manos, fueron infantes
Tu pecho y mi pecho estrechados sin pasión
Hoy lloran mis pupilas sus penares
Elevando al universo su oración
Perdón por haber sido tan cobarde
Regalándole a otros brazos tu calor
Y he de volver para pagar esta deuda
Para sentir; que sí merezco el amor
Para rociarte con la esencia más pura
Esa que perdura aquí en el corazón
Que no me pidan por piedad explicaciones
Que no busquen dentro mío, otra razón
Despertó de un mal sueño la mujer sin nombre
Mas nada importa, no es licito que se la nombre
Pues fue ella, quien de ella se olvidó.
Brotarán nuevos tallos de su madera noble
Y serán bellas las melodías en aquel viejo
“bandoleón”

Raquel Herrero

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