viernes, 8 de octubre de 2010

SU

SUCEDE QUÉ…


De algún modo sucede qué

No resulta nueva la sensación

Tal vez, solo estuviera adormecida

Obnubilada, cubierta, por la invisible

Seducción, de aquellos ojos que un día

La miraran.

No reparó en el instinto protector de

Aquél celaje que difuminaba

Su brillo y color, su razón…

Aquella pasión que busca el corazón

Cuando perdido y fatigado

Se aferra al aliento de alguna voz

Que se sumerja en el acuífero gélido

Que emana, color grana, desde el interior



De algún modo, no sirven los reclamos

Cuando la valentía de lo osado

Te entrega con gallardía, lo que has buscado

Hay una verdad, un latente destino amurallado

Hay una soledad, desfigurada por un sueño errado

Sempiterno, postergado

Un sueño sin dueño, un velatorio olvidado.



Carente de dones, suplica razones

Para al momento comprender

Que tan siquiera puede ser ave de paso

Que desplegó sus alas para volar

Y el viento, turbulento, huracanado

Su vehemente y corto vuelo, estrelló

Dejando sus pasos a ras de suelo

Repostando en el angosto lodazal



Vuelve como ardilla herida

A lamer heridas en su madriguera

Vuelve a ese lugar sombrío

Donde nadie sepa de su soledad

Vana existencia, para quien nunca supo

Como saben los besos del verbo amar.



Raquel Herrero

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