SUCEDE QUÉ…
De algún modo sucede qué
No resulta nueva la sensación
Tal vez, solo estuviera adormecida
Obnubilada, cubierta, por la invisible
Seducción, de aquellos ojos que un día
La miraran.
No reparó en el instinto protector de
Aquél celaje que difuminaba
Su brillo y color, su razón…
Aquella pasión que busca el corazón
Cuando perdido y fatigado
Se aferra al aliento de alguna voz
Que se sumerja en el acuífero gélido
Que emana, color grana, desde el interior
De algún modo, no sirven los reclamos
Cuando la valentía de lo osado
Te entrega con gallardía, lo que has buscado
Hay una verdad, un latente destino amurallado
Hay una soledad, desfigurada por un sueño errado
Sempiterno, postergado
Un sueño sin dueño, un velatorio olvidado.
Carente de dones, suplica razones
Para al momento comprender
Que tan siquiera puede ser ave de paso
Que desplegó sus alas para volar
Y el viento, turbulento, huracanado
Su vehemente y corto vuelo, estrelló
Dejando sus pasos a ras de suelo
Repostando en el angosto lodazal
Vuelve como ardilla herida
A lamer heridas en su madriguera
Vuelve a ese lugar sombrío
Donde nadie sepa de su soledad
Vana existencia, para quien nunca supo
Como saben los besos del verbo amar.
Raquel Herrero
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