DESDE LA SOMBRA
Van en busca de la sombra, el perro y su amo
Va el campesino a mitad de su jornada
Con su bota de vino, su pan y su calma
Buscando el descanso, remanso para
Su cuerpo cansado
Reposa entre la hierba fresca
Bajo el altivo roble qué, por noble
Ya cumple los cien años.
Buscan la sombra los canteros
Que a destajo, bajo un sol de justicia
Rompen piedra tras piedra
Buscando, extrayendo, el noble metal
Que se oculta en sus adentros.
Es dura la vida y fatigoso el sendero
La sombra, el alivio para el jornalero
Nada sabe el hambre de soles ardiendo
Regando de sudores, hasta quebrar el aliento.
Y a la sombra, viven también los sentimientos
Esa entrega total que camina a paso lento
Para que no se escuchen quejidos o lamentos
Quedan en la sombra los cariños ciegos
Del hijo que cada día a su madre nombra
Y encuentra cama y mantel, qué lucen para él
Mientras ella, queda en la sombra.
En la sombra se quedan los besos amantes
Las caricias, los te quiero y ese aliento constante
Qué da, quien decide la ofrenda silenciosa
Porque procede y debe, enjugar las lágrimas
De los pobres, de los tristes, de los marginados
De los débiles, de los de tez morena
Y también, “Cómo no”, aquellos de rostro pálido.
Desde la sombra todo es vehemencia
Para el ser amado que prodiga su cariño
Tal vez, con un gesto, tal vez, con un guiño
Y ella, la entrega toda, la dama sin mundo
Sin horas, la diosa de los sueños, la aurora
La que nada pide y en silencio implora
Se reconforta con la fe, de que algún día
Alguien se decida a sacarla de la sombra.
Raquel Herrero
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