MUTAR DE PIEL
Pobre y salvaje animal,
que descubre en su ignoto raciocinio
como es capaz, de mutar su piel
de vestirla de harapos y congregar
a nobles y plebeyos, dispuestos a
decapitar, desacato inmoral
con su máscara ideal, para crujir el fracaso
que nuca quiso, ser aliado de la honestidad
Pobre ser anodino,
Capaz de hacer jirones la propia piel
Para sembrar “sus razones” por doquier
Sagaz y avariento, encelado de maldad
Corta el viento, pisotea el tiempo
Se arrastra como víbora infernal
Vive, muriendo de celos, siempre ajeno
A la verdad
Miente, corroe cada firmamento
Analítico voraz, bien afilados los dientes
Arrogante e inclemente, morir o matar
Deficiente mental para quien nada
Resulta suficiente, la carroña no es manjar
Pobre animal, llamado hombre
Humano sin humanidad, que destruye
La luz de las auroras, la brisa serena
La barca, su playa, su arena, ay, hombre
Que hasta su piel, sabe a hiel, y su lengua
Arroja elixires venenosos, amargos como cicuta
Prostíbulo de ruta donde, lobos infernales
marcan con sus vocales la pérfida lucidez
de mutar de piel a ritmo de sus caudales
pobre acaudalado, que todo lo tienes
y tan poco vales.
Raquel Herrero
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