EN ESTA ODA
No debieras de acercarte tanto a mí
No ves que nada consigues siendo así
Deja de ser mi carcelera, abre la celda
Debo salir
Tal vez, debieras de ser fría y embustera
Y dejar esas quimeras que nunca llegan a ti
Nada resuelve esa dermis delicada
Suave, atractiva, aun tersa,
Ni ese aroma que traspiras desde la piel
Ni tu fragancia de hembra
Ni esos senos de mujer
Ni el melódico reflejo del deseo, ni tu arrojo,
Ni esos ojos
Que brillan como purpurina en tu apasionado ser
No, no debieras de acercarte tanto mí
Porque resulta condena, tu imagen y cercanía
Arroja desde esta sinrazón
Todo aquello que a mí corazón
Va desangrando día tras día.
No te permitas vestirme de ilusión
Cuando desnuda mi alma quiera llenarse de amor
No me dibujes paisajes, no agregues a mi equipaje
Ansias provocadoras, sabanas de raso
Luces para mi alcoba
No me llenes de gemidos, cuando otros son los dedos
Que vagabundean a su albedrio
No urges dentro de mí, no me llenes de vacio
No, no deberías acercarte tanto a mí
Cuando sabes puedo ser, el más fiel de los testigos
Gritar, que soy capaz de alejarme de tu influencia
Devórame, en esta Oda, o,
Tenme clemencia
Apelo a tu indulgencia, porque bien sabes
Que ahora no puedo vivir sin ti.
Raquel Herrero
No hay comentarios:
Publicar un comentario