sábado, 7 de mayo de 2011
ERRANTE CAMINAR
ERRANTE CAMINAR
Amaina la tormenta
Mientras de forma evidente
Llueve en el corazón
Se ha empapado el humedal de la mente
Y de modo presente, se ha cenegado el Sol
Es un día diferente
Como tantos, como otros
Tan ausente…
Pasaron al anochecer, labriegos ardientes
Con afilada guadaña, marcando los dientes
Pasaron, desolando el paisaje
Arrancando uno a uno el germen naciente
Todo quedó baldío, nada fue suficiente
Fango, matorral y río
Convertidos en un mismo afluente
Vinieron a sesgar, a dejar:
Siglas en la frente
Señas de identidad
Ira, orgullo, preludio permanente
De indiferencia, de incordura, de acritud
Que perdura y, ¡Ay!, pobre de la figura
Que insensata, mire de frente
La vida es dura, para quien camina
Guiada por los halos de la Luna
Para quien, ve reflejada su imagen
En el agua clara, de aquella laguna
Y bebe de sus aguas y persigue su fortuna
Pan para su hambre, néctar para su sed
Abrigo que cubra su desnudez
Y un rayo de sol amigo, que caldee
Su gélida piel.
No sabe de amores y sueños
Ni entiende de ensueños que marquen su piel
Ella, errante peregrina, camina, porque no quiere
Sobre sus pasos retroceder.
Raquel Herrero
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