DEJAR ATRÁS
Si no ves
la llama,
Si no caldea
tu corazón,
si tus manos
no se abren
y cierran
en proceso de
amarrar,
de tomar lo
que desde siempre
se te ha
entregado
sin medidas o
condición.
Si no ves,
que detrás del espejo
se esgrime una
lagrima que sonríe,
un cálido abrazo,
unos labios que
necesitan que suspires.
Si no hay
nada que te
lleve al regocijo
Nada que amolde
tu sentir y
mis sentidos;
Me pregunto
¿Qué hago yo
aquí?
Aun lozana, inventando
un camino
que nos cambie
de rumbo.
¿Qué hago yo
aquí?
Sonrojada,
luciendo el escote,
desabrochando mi pecho
para que logres
profundizar en el
canal de este
derroche
que nunca supe
si ha de
llevarme
hacia algún lugar
donde la noche
conserve impecable
el deseo furtivo,
el ánimo inhibido
por no sé qué fantoche
que fantasmal acude
para evadir tu
nombre
y romper en
pedazos este deseo
ardiente
de trasmutar la
noche
y convertir en
fuego, la ebriedad
que me ronda
entre las sombras
de tu cuerpo
desnudo
y mi abanderada
pasión
de amarnos, como
corresponde.
Cerceno esta lejanía…
Mira, cómo el
delirio se impone
Ay, vida, vida
mía
Estoy presta a
olvidar y atrás
dejar
Tanta “lobotomía”.
Raquel Herrero
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