HOY MÁS QUE
NUNCA
Preciso el verbo
Hoy, más que
nunca
busca en la
palabra su acomodo.
Regirme sin normas
por esa forma
de vagar sin
rumbo
que no sé
si me honra…
Hoy, no tengas
dudas;
Es esta mi
plegaria,
éste, el grito
de quien te
nombra.
La oscuridad, es
un mero pasaje.
La penumbra, el
rastro de mi
sombra.
Mis versos el
delirio pasajero
de un mal
que ya no asombra.
Por una vez,
por una sola
vez
me creí lujuriosa,
hembra, brava,
pecaminosa.
Por una vez,
por una sola
vez
Sé que olvidé
la grandeza
de un minúsculo espacio.
Aquél, donde mis
brazos recogían
triunfos y fracasos.
De ese lugar
me escapé, para por
fin
entregarte mis abrazos;
Mi sangre, mis
aristas, mi piel,
mis ojos, mis
manos, mi llanto,
mi verídico cuerpo
de mujer
que jamás estuvo
ajena
a tus desmayos,
a tu débil razón
de ser
porque tu ser,
ya no era tuyo
y embriagabas tu
alma en busca
de un ayer
que no matara,
ni hostigara
el firme paso
de tus pies.
Siento que fueron
lustros, que
desde el primer
minuto te adoré.
Que nunca me
daría por vencida
ante aquella magnificencia
que clamaba por
volver.
Tan grande y
tan pequeño.
Tan noble, tan
austero, tan genio.
Tan legal, tan
capricho pasajero.
Tan honrado, tan
filial,
tan cuerdo y
tan loco…
Tan verídico y
embustero.
Tan heráldico, tan
señorial,
tan ebrio, tan
lisonjero,
tan dolorido, tan
falto de paz.
Y mirándome en
tu espejo
veo mi reflejo
de modo inusual.
Porque tu cuerpo,
no se asemeja
al mío,
porque tú reniegas
de la caridad
y tomas lo
que te entregan
como acto de
valor de un prisionero
que jamás alcanzó
la libertad.
Nunca supe muy
bien
cómo seguirte el
juego.
Y en la penúltima
partida
mis cartas jugaron
mal
y dicen, que
te perdí, después
de ser, cordel
en el alero,
blonda de tu
extinta libertad.
Pozo sin fondo,
dónde arrogante
vertías tu fuero.
Pila, escupidero, de
tanto grito sin
llamar.
¿Quién auxiliaba a quién?
Será
eternamente, causa de
nuestro desvelo
¿Quién amaba a quién?
Es la cuenta
pendiente
de un mundo
que nos mantuvo
¡Prisioneros!
Raquel Herrero
No hay comentarios:
Publicar un comentario