viernes, 11 de mayo de 2018





DESANGELADO
Tu ofrenda;
Cómo relámpago prendido
en medio de la tormenta
Tu ofrenda;
Cómo pájaro herido
al que cortaron sus alas
y un rico mendigo
en su jaula de oro afinó
queriendo que del vuelo fuera olvido
aquél ave de herido y triste trino
¡Tanto!, qué el alma lloró.

Tu ofrenda;
Cómo testigo
de un malaje sin otro sentido
que de ser gloria o estandarte
de un poder que se ha perdido-
No..., no le regales flores
de esencia moribunda
a quien besó tus lagares;
A quien, de aquellos tus lugares
hizo su máxima expresión
ennobleciendo esa palabra, ese concepto
del que tú nada sabes
porque quizás tus raíces
muerden el polvo de la aflicción
y triste y lastimosamente
nada sabes del amor.
Tu entrega de plata y oro
me resulta tal cual, “una quimera”
de purpura y lucinaje plateado
No..., no me gusta el paisaje
que tus pies y los míos han errado.
Es posible, que recoja mi equipaje
y tras un largo viaje
resuelva ser ofrenda
en aquel empedrado que alguna
que otra vez, a ciencia cierta
no me tomó como esclavo
si no cómo ángel alado
que a su vera por un tiempo floreció.
Raquel Herrero

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