Mundo
Allá donde el
dolor se hace
llaga
Cenizas de cuerpos
y de nombres
Olvido de un
hoy para mañana
Mundo
Que lisonjero derrite
la llama
Sonrisas etéreas, perfidia
humana
Polvorín en estallido
fugaz
Como el oprobio
sin alma
Mundo
Enceguecido de ira
constante
Lavatorio de lava
abrasadora
Paisaje desolador
y desolado
Se perdió la
vida en un
instante
Mundo
Huido de temblores
y de hambre
Pisadas grises que
no dejaron huella
Testigos silentes, mares
de lodo
Eco lejano opaco e indiferente
Mundo
Allá donde los óleos se
bendicen
Y se reza suplicante a
la agonía
Anoche me quedé
sin patria
Sin hermanos, sin
hijos, sin padres
Anoche, quise reclamar
a la mentira.
Raquel Herrero
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