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viernes, 27 de febrero de 2009

CÚBREME


Cúbreme amor, cúbreme
Hoy necesito sentirme mujer
soñar al menos, que el hombre
que amo, no es príncipe encantado
sino real, cómo mi propia piel.
Quiero ser tu princesa, tu dama,
tu embrujo, tu calma.
Quiero ser la hembra que por
cada noche, caliente tu cama.
Necesito saciar esa sed que reclama
sentir la apetencia del hombre cada
vez que la llama.
Notar, como el roce de mi cuerpo
te excita, te provoca, te seduce, te
acompaña, humedeciendo cada poro
eclipsando tu mirada, mientras ardiente
el deseo se adueña de la estancia.
Mírame, regálame el aliento de tu boca;
Que sean nuestras lenguas portadoras
de un dulce manjar que se devora.
Como lobos hambrientos, aquí y ahora
nuestros cuerpos delirantes se agitan
desaforados. El prepucio de tu pene
en la boca a penetrado mientras
tu lengua jugosa el pubis ha conquistado.
Las manos danzan sutiles, ligeras, explorando.
Esclavas de la lujuria que recorre nuestras
venas. Y en este mágico estado, yo
abogo por mi condena. ¡¡Penétrame, hasta
que estalle!!, despójale a mi cuerpo, a mi
alma de tanta soledad, de tanta pena.


Raquel Herrero

CÚBREME

Cúbreme amor, cúbreme
Hoy necesito sentirme mujer
soñar al menos, que el hombre
que amo, no es príncipe encantado
sino real, cómo mi propia piel.
Quiero ser tu princesa, tu dama,
tu embrujo, tu calma.
Quiero ser la hembra que por
cada noche, caliente tu cama.
Necesito saciar esa sed que reclama
sentir la apetencia del hombre cada
vez que la llama.
Notar, como el roce de mi cuerpo
te excita, te provoca, te seduce, te
acompaña, humedeciendo cada poro
eclipsando tu mirada, mientras ardiente
el deseo se adueña de la estancia.
Mírame, regálame el aliento de tu boca;
Que sean nuestras lenguas portadoras
de un dulce manjar que se devora.
Como lobos hambrientos, aquí y ahora
nuestros cuerpos delirantes se agitan
desaforados. El prepucio de tu pene
en la boca a penetrado mientras
tu lengua jugosa el pubis ha conquistado.
Las manos danzan sutiles, ligeras, explorando.
Esclavas de la lujuria que recorre nuestras
venas. Y en este mágico estado, yo
abogo por mi condena. ¡¡Penétrame, hasta
que estalle!!, despójale a mi cuerpo, a mi
alma de tanta soledad, de tanta pena.


Raquel Herrero

Dictados


Dictados


Como quisiera alcanzarte. Ser viento,
ser brisa, ser aire… Acariciar tu piel
y de tus labios tomar la mies.
Ay¡¡ como quisiera poder amarte,
devorar inclemente la distancia cruel
que nos separa. Acercarme, sigilosa
hasta tu lecho…
Acurrucarme, muy despacito entre tu
pecho; acoplar mi cuerpo en cada
pliegue vapuleado de tu ser excelso
Y llenar cada poro de cálidos besos
que calmen fatigas y renazcan sueños
de amores profundos sin necesidad
de dueños.
Como quisiera, ser el jugo que calme
tu sed… y al amanecer el alba con
el alma reposado, escuchar entre susurros
lo mucho que me has querido, lo mucho
Que me has gozado.

Raquel Herrero