REDUCTO COMPLEJO
Desde siempre con
el miedo a
las espaldas
Temiendo la hondonada
de la herida
que ya ni
siquiera sangra
pues ya no queda flujo
en esa muerte de vida.
Transgresora la conciencia
admite pecados que
fueron mentira.
Escudos para el alma
liviano,
gritos contenidos,
dualidad fingida.
Cuan inclemente es
la apertura de
lo humano
Cuanto fracaso, hincada
la rodilla
Cuanta la levedad
del hombre
en este laberinto
que busca la
salida;
y horadada de
engaño
nos vuelve a
la misma vía.
Permíteme
claudicar en la
experiencia
Ser la voz
de los que llaman.
De los que
piden auxilio y
a su vez
son portadores de
pertinaz sordina.
Ser víctima y
victimaria
en esta escuela
cuya secuela no se olvida.
Vivo, creyente de
la fe debida.
En angustiosa espera,
recalando
que todo acontecer
me pertenece
cuando se hacen
luz y sombra
la falacia y propiedad de
quien la estima.
Y vuelvo a
repetirme en el
discurso.
Y le nace
algún vocablo a
mi poesía.
Y lloro sonriente,
mientras amamanto
lo que yo
he parido y adoptado
como dogma sagrado
en esta cultura
morbosa y atrevida.
Rindo tributo y
alargo hasta que
rompa
mi agonía.
Raquel Herrero