miércoles, 27 de octubre de 2010

SIN TU VOZ

SIN TU VOZ


Háblame, que me pierdo en tu silencio

Llámame, que no soy nada en estos versos

Mírame, que tus ojos es todo lo que tengo

No te miento,

Qué importa estar cubierto de gloria en este infierno

Qué importa mi enorme palacio

Si en él, no moras tu

Que importa la luz de mi grandiosa alcoba

Dime… Qué importa



Ni este lecho vestido de raso, ni esta alfombra

Si todo lo que piso es un fracaso, si de cada minuto

Sesenta segundos, eres tú, a quien añoro, tú, quien

Ocupa mi morada, para no sentirme esclava

De este infrahumano mundo.



¿Quién? Ha decido mi tormento, ¿Quién?

Ha elegido, mi lugar de nacimiento…

¿Quién? Elige mi destino, sin mi consentimiento

¿Quién? Se hará cargo de este inmenso dolor

Que cada día siento.

Tres claveles y una rosa, perfumaron el hedor

De la memoria

Taponaron el sangrado de mis heridas

Aliviaron con su presencia; tu lejanía y ausencia

Mas no pueden, saquear mi corazón

Arrebatar tu nombre, quebrar tu voz

Anular el espacio que te pertenece

Porque ahí, quise ponerte yo

Y no existe, fuerza humana, ni divina

Que arroje al abismo esta, mi decisión

Amarte, más que a la propia vida

Aunque la misma me niegue, derechos o razón.



Raquel Herrero

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