DESDE DENTRO
Qué no daría yo, qué no daría
por tomar tus manos esta noche
por refugiar mi pecho entre tu pecho
por poder penetrar
por el canal oscuro, estrecho, largo
que me impide llegar hasta ti
y abrazar tu figura
en este lecho desecho.
Frio tengo en la piel,
ausencia de calor en los sentidos
temor, de no cumplir este sueño
que se hizo mi dueño
en una tarde de abril.
Estás en esta herida que no cierra
herida que cumple su fin
desertora de la conciencia
bálsamo que ayuda a mi sentir
Porque juro que en esta llaga abierta
te intuyo, te siento
calmas mi tormento
aun que escueza el aliento
que me llega de ti
Qué no daría yo, qué no daría
por ser vena que recorre
el flujo de tu corazón
latiendo día tras día
para sentir la savia de tu vida
sin haber perdido la razón.
Raquel Herrero
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