EMBATES
No te encuentro
en las horas bajas de mi carne, de mi alma
No, no te encuentro, cuando en diálogo cadencioso
no me llegan tus palabras
Negación a la apariencia
ahí, se resume mi constancia
No te encuentro
En la mano que busco, en esa caricia
que tantas y tantas veces se ha regalado
sin temor ni causa
No, no te encuentro en esa intimidad
que gozan los que aman
En su secreto, en el fragor de la llama
No encuentran mis labios el elixir
que humedece…, se paladea y calma
la sed perpetua de mis madrugadas
No, no encuentro en ti ese crepúsculo
que riegue de luz, la oscuridad de esta ensenada
Que llene el vacio de una copa rala
No te encuentra la brisa, ni la ira, ni la calma
El sentimiento es testigo, de un fracaso por iguala
Y aun con todo, le agradezco a la vida
tu presencia inusitada
Porque te llevo tan dentro
que no tengo que buscarte
Y aun resisto los embates de la nada.
Raquel Herrero
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