CAÓTICO
Bajo este cielo
gris, plomizo,
extrañamente irreverente
dejando caer sobre
mis hombros
un manantial de
gotas de rocío
que empapan al
caer heladas
sobre este devastado cuerpo
mío;
Así, llega un
Enero
que a mil
años luz de
aquél primero
retorna con su
carga
de sombras y de luces
envueltas en su
desvarío.
¿Qué razón me
asiste?
¿Qué temple embustero,
marca airoso
esta íntima salutación
de frío
que recorre las
venas como
lo hace el
agua, a su
libre albedrío?
“Destemplanza,
ahí encuentra su
acomodo”
¿Será qué quiere
la ignorancia, ignorar;
dejar pasar este
adviento y con él
todo sentimiento que
pueda hacernos mal?
Se divisa en
el horizonte
Un puente elevado
…está tan lejano
que duda mi
fortaleza si poderlo
alcanzar,
si en algún momento se
cumplen las promesas
y vencen los
sueños
a este incierto
camino, surrealista, inusual.
Hoy por hoy,
las dudas compiten
con mi ecuánime ceguera;
Esperando un tiempo
de reclamos y
de luz.
Siempre quise saber
de qué es
capaz el hombre
cuando de dentro resurge
su escondida fiera.
¿Será capaz de
matar, de aniquilar
el peso oculto,
que lleva su
conciencia?
O, algún día
quizás, deje salir
de modo culto
A su ternura
infinita, a su
amada caricia,
a sus ansias
de paz.
Aquellas que, en un recóndito
y maldito ritual
quedaron presas de algún necio
fanatismo,
negándole el paso
a su propia
libertad.
Fuimos amantes de
un angosto paraíso
donde asonancias y
consonancias, danzaban a la par
¿Qué temes ahora,
guardián de lo
infinito?
No ves que
mi presencia, nunca
te hizo mal.
Raquel Herrero