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sábado, 28 de marzo de 2009

APRENDÍ





APRENDÍ

Aprendí a quererte,
como tierra de secano al regadío
Estriada, hueca, gélida, vacía
Con semillas arrojadas al olvido.
La sed de mi boca, anhelando
el maná de tu rocío.
Aprendí ha soñarte
presa de mis desvaríos
Como sueña el amante con su Luna
O aquel torito bravío;
Que espera orillado al río
A su enamorada Luna.
Aprendí a esperarte
en portales de aventura
Mientras gira la ruleta, en
alas de la fortuna
que me llevó a conocerte entre
claros y penumbras.

Aprendí, a reconocerte
como el viento reconoce un
tiempo desapacible de silbidos
y lamentos que crujen zarandeados
por fantasmas y tormentos.
Aprendí a comprenderte
Entre huidas y silencios, entre
Sabanas vacías, entre carencias
de besos, entre lágrimas quiescentes
Refugio de la pena mía.
Aprendí a enamorarme,
Del amor “que yo querría”
¡Ese que me conquistaba!, que
Penetraba en mis venas hasta
que la sangre ardía
¡Ese! qué en mi provocaba los
Albores de la vida.

Quise aprender a olvidarte
Como se olvida la noche del
día que la precedía, como olvida
el moribundo el aferrarse a la vida
Cuando su aliento profundo suena
Solo a despedida.
Quise aprender a olvidarme
de lo que hube aprendido
De quererte, desearte, comprenderte
Del haberte conocido…
Pero no pude ¡Amor mío!

Bien poco sabe quererte,
Quien te arroja en el olvido
O no tiene sentimientos,
O es que jamás te ha querido.


Raquel Herrero.

viernes, 27 de febrero de 2009

Dictados


Dictados


Como quisiera alcanzarte. Ser viento,
ser brisa, ser aire… Acariciar tu piel
y de tus labios tomar la mies.
Ay¡¡ como quisiera poder amarte,
devorar inclemente la distancia cruel
que nos separa. Acercarme, sigilosa
hasta tu lecho…
Acurrucarme, muy despacito entre tu
pecho; acoplar mi cuerpo en cada
pliegue vapuleado de tu ser excelso
Y llenar cada poro de cálidos besos
que calmen fatigas y renazcan sueños
de amores profundos sin necesidad
de dueños.
Como quisiera, ser el jugo que calme
tu sed… y al amanecer el alba con
el alma reposado, escuchar entre susurros
lo mucho que me has querido, lo mucho
Que me has gozado.

Raquel Herrero

A SOLAS


¿Por qué lo extraño?,
¿por qué, su no presencia
me hace daño?..
Queda mi pecho compungido
Necesito su calor… Y sin el…
mi cuerpo tiene frío.
¿Que me ha dado?..
Que ya no encuentro alegría,
más que cuando llega y…
Me alborota, me provoca,
desnuda mi alma
y en secreta calma
despoja mis vestidos.
El silencio de las horas,
se convierte en mi enemigo.

Me da miedo enamorarme,
perder por él mi sentido,
que lo busque y no lo encuentre
pudriéndome en el hastío
al ver cómo indiferente,
ya no está, ya lo he perdido.
Me da temor desearle,
tomar un cuerpo que ansío.
Devorarlo entre mis sueños
Y en un nuevo amanecer,
encontrarme su vacio.
No quiero siquiera imaginarme,
que quede solo en mi recuerdo
lo mucho que lo he querido.

Me asaltan los temores después
de vislumbrar, como derrama sobre
mi, el bendito elixir de su locura.
¡Cómo me excita, cómo me incita!
Como recorrer su piel, es un viaje
de delirio y desenfreno;
¿Que haría yo después?..
Cuando sé que de amor muero
Y no lo quiero creer.

Raquel Herrero