sábado, 29 de enero de 2011
AY, QUIEN PUDIERA
AY, QUIEN PUDIERA
Viajan los versos, acunados, consentidos,
Demacrados, tristes, tantas veces
y, otras tantas, tan alegres…
Viajan los verbos, van y vuelven
Canción y olvido, retahíla perenne
Viajan,
Con su maleta llena de recuerdos
Franqueando cualquier destino
Le roban alas al viento, amarras a ese mar
Embravecido
Se ocultan en los vagones del viejo tren
navegan calmos o agitados,
por el curso de los ríos
Su sustento; lo que sus ojos ven
Así son ellos,
Tomándose la vida a su libre albedrio
Cómo las luces cuando titilan
Cómo el campanario llamando al gentío
Cómo el flautista de hamelín
O aquel jilguero y su melódico trino
Viajan los versos del poeta herido
Del enamorado, de aquél pobre infeliz
que cuenta entre versos, su mal vivir
Poeta de los mil y un sueños
Poeta, Trovador, juglar, Bardo, Rapsoda feliz
Ay, quien pudiera vivir así
Ser viento, ser brisa, ser cometa
Ser linda flor, violeta, ser tulipán, acacia,
enredadera, ser primavera, o nubes
donde reposan satélites y estrellas
Ay, quien pudiera, ser poro de la piel
Que tanto anhela.
Raquel Herrero
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