Y ME QUEDA
Y me queda, lejos tu presencia
y me queda tan cerca la ausencia
que oprime el contorno de mi pecho
la fluidez de mis venas.
Y me queda, tan lejos tu recuerdo
y me queda tan cercana su dolencia
que es espasmo de luz
en esta noche cerrada y quieta.
Todo lo absorbo, callada y sedienta.
He zurcido la rotura de mis fibras
no sé bien porque causa;
Tal vez, porque si ellas agonizan
morirá la esperanza,
el nuevo amanecer, la voz sentida
en lo profundo de un mundo
que no se quiso estar a mi medida
Demasiado ancho, largo, compacto
y compartido.
Me asusta la profundidad de sus lagos
y ese océano por donde vago a la deriva.
Y es, que me queda, “tanta condición sin garantía”
Me queda, tan lejos su presencia,
tan lejos aquellas manos
que por un instante nuevo
se aferren a las mías
Me queda, un sabor salado entre los labios
porque llueve, siempre llueve
hasta calar el alma mía.
Raquel Herrero
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