ESCRIBIR, ESCRIBIR…
Escribir, escribir,
escribir…
Borronear el
lienzo, contonearse
sobre el
papel, blanco, mojado,
regado de
fantasmas, de tristezas
y de
llantos
Escribir, escribir,
escribir…
Pasar la
vida, sin dar
un paso.
Sintiendo, gozando,
debatiendo,
acostumbrando a
la piel
a caricias
soñadas o robadas,
o recién
paridas,
caricia al fin.
Ante los
ojos
danza la
pluma
rebatiendo la
compostura,
esa figura
ingrata que siempre
augura
penar, pagar…
Escribir, escribir… poseído por
algún dintel
que nos
marca la piel,
que nos vuelve
ramaje de
un altivo roble en este
vaivén.
Locura cuerda
de nuestro ser.
Estima que
nos pertenece, manos
que
se aferran
a otras manos.
Uñas que
clavan su porqué.
Escribir, al
infinito, a la
gloría
a esa
necedad de la memoria
que a menudo olvida
que nada somos
sin este
pincel;
Lienzo lacrado,
paraíso, pies descalzos
que se
aferran a este
piso desolado.
Tristeza gris,
de la que
huimos
en vuelos
descarados.
Nada es
eterno,
excepto el
tiempo que perdura
a pesar
de esta locura
que nos confina, a perderlo
sin determinado
fin.
Escribir, escribir…
palabras que
dejaron de existir
por otras
que negaron su
presencia
y fue
la ausencia la
que rogó clemencia
por ti,
por mi,
por la
palabra rota, de
amante infiel
que huyó
de mí.
Ay, cómo quisiera
escribir, escribir,
escribir…
lo que
callo desde hace
tiempo
sabiendo que
mi legado,
queda tras morir.
Raquel Herrero
Escribir te libera la mente y te limpia el alma
ResponderEliminarAsí es. Gracias
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