REFLEXIÓN
¡Ahora, Julen para nosotros
es un minero
más, y ningún
minero “se queda
dentro”!
Esta fue la
misiva, las palabras
pronunciadas por uno
de los mineros
que con todo
el coraje, toda
la fuerza, toda
la esperanza y
todo el corazón
acometieron junto a:
Guardia Civil, Bomberos,
Protección Civil, Ingenieros,
Sanitarios, Psicólogos, Gruistas
población Civil y
demás personal especializado
y humano, la difícil
tarea
de salvar a Julen, de
sacarlo de ese
pozo donde había
quedado sumergido su
pequeño ser.
Ni una mala
palabra, ni un
mal gesto, ni
una sola queja
o demostración de
fatiga, cansancio…todos a
una con la
moral alta y toda su energía
puesta
en un trabajo
de alto riesgo
donde hasta la
propia vida estaba
en juego. El
tiempo les jugaba
en contra por
ello ni el
más mínimo pensamiento
de duda. De
día y de
noche sin parar
con la única
mira de entregar
a sus padres
aquel niño que
previsiblemente estaba sufriendo
atrapado en aquel
pozo largo, desigual,
sinuoso.
Los medios informativos
de todo el
Pais y hasta
de medio mundo,
informando minuto a
minuto de las
vicisitudes de un
rescate de características inusuales
y con mucho
riesgo.
El portavoz de la Guardia
Civil, contaba en
una de sus
comparecencias lo que
iba sucediendo: ¡La
montaña manda!, y
la montaña no parece querer
ser nuestra aliada
en el rescate
de Julen…pero de
aquí no se
mueve nadie hasta
que Julen no
aparezca y podamos
devolvérselo a sus
padres, a su familia.
Hoy, 26 de
Enero de 2019,
tras 13 días
de lucha sin
descanso, se cumple
esa promesa que por desgracia
no obtiene el desenlace deseado.
Julen es sacado
de ese pozo
profundo ya sin
vida.
Mas de 300
personas implicadas en
su rescate lloran hoy
tan triste final,
después de tanta
lucha sin cuartel
Por todo ello,
mi tristeza y la de millones
de personas que
se unen al
dolor de la familia y
de unos padres
rotos, abatidos, desolados,
sin consuelo, pero
arropados por un
ingente numero de
personas que se
conduelen de la
desgracia.
De todo ello
me queda esta reflexión personal,
donde analizo el
comportamiento humano ante
la desgracia y
observo emocionada el
valor, la generosidad, la humildad,
la entrega, la
solidaridad, el amor
que somos capaces
de dar sin
pedir nada a
cambio.
Y quiero creer
que todo ello
está intrínseco en
el ser humano,
creo que en
muchas ocasiones ponemos
una coraza a
nuestra sensibilidad o demostración
humana
tan sólo para
protegernos de aquellos
que nos puedan
ver cómo seres
débiles o vulnerables.
De aquellos que
esa misma razón
puedan en un
momento dado hacernos
algún daño. Y
es triste caminar
por la vida
con una coraza
que impide a
los demás y
a nosotros mismos
mostrarnos como seres
sociales, sensibles, generosos,
agradecidos, humanos.
Gracias a todos
Pequeño Julen, Descansa
en paz.
Raquel Herrero
No hay comentarios:
Publicar un comentario